Él sólo quería broncearse, el moreno le sentaba bien.
Las alas se derritieron e Ícaro cayó, muerindo.
Dédalo nunca comprendió lo del bronceado, así que inventó un cuento acerca de retar al sol.
Le daba verguenza confirmar que su hijo era gilipollas.
Las alas se derritieron e Ícaro cayó, muerindo.
Dédalo nunca comprendió lo del bronceado, así que inventó un cuento acerca de retar al sol.
Le daba verguenza confirmar que su hijo era gilipollas.
2 Comments:
a veces no es malo ser gilipollas... te pueden tomar por listo.
Sí, puedes preguntarle a la Silvia... ejem...
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