lunes, junio 18, 2007

Se desvanecía el verano entre sus dedos, el olor a jamín y el color de la genista se diluían entre el zumbido del motor de un avión. Otra vez yéndose, o volviendo, perdido entre los paralelos y latitudes.

3 Comments:

Blogger Duermevela said...

Creo haber vivido algo así... Joé!

2:26 a. m.  
Blogger Quique said...

jaja venías conmigo en el avión?

4:05 a. m.  
Blogger Duermevela said...

quien sabe, quien sabe...



laconchitumá! Ü

4:07 p. m.  

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