Miró a la abuela emperifollada toda maquillada y con sus horribles gafas de Chanel. Olía a perfume pero se hacía rancio. Le puso la mano en la rodilla y subió ligeramente. La abuela se estremeció pero no dijo nada.
Al bajar él le dijo: "se llama lujuria, no es buena, jo no l'espere".
Al bajar él le dijo: "se llama lujuria, no es buena, jo no l'espere".