Fue aquella noche, que de fría era cristalina, en la que me topé con las piernas que me llevaron su casa, y de su casa a su ventana. Fue un salto limpio, claro, cristalino, como la noche.
De cuando dios hizo al hombre y estos hicieron hombrias. De como se ve la vida cuando hay cuatro ojos, dos corazones, y una boca.